Uno de los mayores problemas con el que nos encontramos cuando un ser querido tiene demencia, es que no sabemos cómo comunicarnos con ellos. Nadie nace sabiendo como hacerlo, pero con unos fáciles consejos podemos hacer que todo sea más sencillo. Si sabemos como comunicarnos con ellos la labor de ayudarles será mucho más fácil y el propio paciente se sentirá mucho mejor. Así que atentos:
- Crear un ambiente positivo para la comunicación: No sólo hablamos con palabras, también con gestos, modulando el tono de voz, etc, y con una persona con demencia deberíamos utilizar estos recursos todavía más. Sobretodo hay que hablarles con cariño y respeto y utilizando mucho el contacto físico para expresarles todo el cariño que les tenemos, no olvidemos que muchas veces una caricia hace más que una palabra.
- Captar la atención del paciente: Debemos apagar la televisión o la radio o cualquier ruido que pueda hacer que la persona pierda la concentración, es muy importante que al hablar con ellos mencionemos su nombre y les digamos el nuestro y el parentesco que nos une para que se haga una pequeña composición de lugar. Recordar que siempre debemos referirnos al enfermo por su propio nombre para que al oirlo su atención venga hacia nosotros. Otra cosa muy importante es que intentemos estar a la altura de los ojos del paciente, de forma que nos pueda ver claramente; siempre da mucha más confianza una persona que te mira a los ojos cuando te habla, y a los enfermos de alzheimer les pasa lo mismo.
- Expresar claramente lo que queremos decir: Tenemos que hablar con palabras y frases muy sencillas, sin dar rodeos ni vueltas a lo que queremos decir; cuanto más claro y sencillo sea el mensaje, mejor lo comprenderán. Hable con un tono de voz suave, con buena dicción y voz reconfortante. Hay que tratar de utilizar un tono de voz mas bien grave, no agudo porque puede alterar al paciente. Si le hacemos una pregunta y no nos responde, lo que tenemos que hacer es esperar un poco y volver a hacer la pregunta con las mismas palabras, si aún así no nos entiende, lo que tenemos que hacer es esperar un tiempo y volver a hacerle la pregunta con otras palabras pero que resulte muy fácil de entender.
- Hacer preguntas sencillas que pueda responder: Si queremos preguntarle algo, lo mejor es que sea una pregunta cuya respuesta pueda ser si o no, de esta forma para el paciente es mucho mejor. Si lo que pretendemos es que elija entre algo, entonces lo más acertado sería enseñarle las cosas entre las que queremos que elija, por ejemplo: si le preguntamos, ¿Que camisa quieres ponerte hoy la verde o la azul? lo mejor es que a la vez que se lo decimos les enseñemos las camisas, porque un estímulo visual es mejor que sólo palabras y además así les es más sencillo llegar a una respuesta.
- Escuchar con los oídos, los ojos y el corazón: Hay que tener mucha paciencia cuando se está hablando con alguien con demencia, pero debemos escucharles con respeto y cariño y si vemos que está intentando decirnos algo podemos sugerirle palabras para hacerselo más sencillo. Hay que estar muy atento a su lenguaje corporal y a sus señales corporales. Hay que intentar en todo momento entender el sentido y los sentimientos de lo que nos intenta decir.
- Descomponer las actividades en una serie de pasos: Hay que intentar que el enfermo siga haciendo actividades y ayudarles a hacerlas, ¿cómo?, pues descomponiéndolas en diferentes pasos y ayudarles en los que no puedan. Si la actividad requiere de algún esfuerzo físico lo hacemos nosotros, o si ellos pueden les ayudamos para que les resulte más sencillo. Si se le olvida algún paso de la actividad se lo recordamos con cariño. Una cosa muy útil es utilizar estímulos visuales, porque para ellos es más sencillo entender las cosas si las ven.
- Cuando las cosas se complican hay que distraerlos y reorientarlos: Si se está haciendo algo y el ser querido se distrae y empieza a enfadarse, lo mejor es hablarles desde el corazón, entender el sentimiento que les ha hecho enfadar y tratar de cambiar el lugar dónde se está o la actividad que se está realizando o el tema de conversación.
- Responder con cariño y apoyo: Los pacientes con demencia suelen sentirse confusos, ansiosos e inseguros de sí mismos. Además suelen confundir la realidad y recordar cosas que nunca pasaron, si eso ocurre no hay que tratar de convencerles de que eso no es así. Hay que estar atento a los sentimientos que expresan, que sí que son reales, y tratar de hacerle sentir bien y expresarles consuelo, apoyo y seguridad. A veces, cogerle la mano, tocarle, abrazarle o felicitarle puede hacer mucho más que intentar hablar con ellos.
- Recordar las cosas buenas del pasado: Recordar el pasado es una actividad que les tranquiliza y les da seguridad. A muchos pacientes les pasa que no se acuerdan de lo que acaban de hacer, pero si de lo que hicieron hace 30 años. Por lo que es mejor que les hagamos recordar cosas que pasaron en el pasado lejano, que no en el presente, posiblemente no recuerde que almorzó, pero si que se acuerde de alguna anécdota que le ocurrió siendo joven.
- Mantener el sentido del humor: Utilice el sentido del humor lo más posible, pero nunca riéndose del paciente. Los pacientes con demencia suelen conservar las habilidades sociales, por lo que disfrutan mucho riéndose con su interlocutor.
Cómo veís hay muchas cosas a tener en cuenta cuando hablamos con una persona con demencia, pero ante todo debemos recordar hablarles con el cariño y paciencia que un día ellos tuvieron con nosotros.
