Tanto los niños como los ancianos tardan más tiempo cuando tienen que tomar decisiones rápidas en algunos escenarios. Pero una investigación reciente sugiere que gran parte de esa lentitud al tomar las decisiones de esa clase se debe en los ancianos a un criterio consciente en el que la precisión prima sobre la velocidad. De hecho las personas que son ancianas, pero que por lo demás gozan de una salud aceptable, pueden entrenarse para reaccionar más deprisa en algunas tareas de toma de decisiones sin que eso perjudique de manera significativa su grado de precisión. Esto significa que las habilidades cognitivas de los ancianos en esta área no son tan diferentes...
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