La necesidad de cuidados especializados que precisan los pacientes psicogeriátricos, la gran carga de trabajo que conlleva y el cierre de los hospitales psiquiátricos llevaron a este grupo de población a situaciones límite. Con frecuencia, la familia se veía desbordada por la alteración conductual del paciente, la agudización de sus trastornos de conducta y la aparición de psicopatología. Una realidad ante la cual no había opción. Por parte de los servicios sociales, la posibilidad de dar una solución urgente y especializada constituía un reto de primer orden al que difícilmente se ha podido dar una respuesta adecuada. Y por parte de los servicios...
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