La piel de las personas mayores es muy frágil, y por eso debemos siempre mantenerla limpia, seca e hidratada. Su inspección cuidadosa es muy importante y debe convertirse en una rutina diaria.
Es muy común que las personas mayores que han estado inmovilizadas durante mucho tiempo lleguen a presentar llagas o úlceras por presión, que son lesiones producidas en la piel y las partes blandas del cuerpo, cuando se mantienen comprimidas durante mucho tiempo entre una prominencia ósea y una superficie dura. Las úlceras puedan causar dolor, infecciones y producir aún más inmovilidad.
Hay varios factores que podemos controlar para evitar que salgan llagas:
- Inmovilidad: Es el factor principal, cuando tenemos a una persona inmovilizada durante mucho tiempo, hay que tener mucho cuidado.
- Deficiencias del estado nutricional: Delgadez, deshidratación, anemia, obesidad y también alteraciones de la circulación.
- Disminución del nivel de conciencia e incontinencia de esfínteres.
Las causas más comunes que pueden ocasionar llagas son:
- Presión: Es la principal causa. El problema que ocasiona es que actúa directamente sobre las prominencias óseas y produce la oclusión de los vasos sanguíneos y linfáticos, lo que hace que llegue menos riego sanguíneo y linfático y por consiguiente la muerte de los tejidos. Las presiones leves prolongadas durante largos periodos de tiempo son mucho peores que las presiones fuertes aplicadas en periodos cortos.
- Fricción: Se produce cuando la piel se desliza por una superficie. Al fricción repetida puede producir lesiones, isquemia y desgarros. Es frecuente en enfermos que se deslizan sobre la silla o en personas encamadas que se bajan hacia los pies de la cama por tener la cabeza demasiado elevada.
- Humedad: El grado de fricción entre las superficies y produce maceración de la piel y predisposición a las úlceras, la cusa más importante de humedad suele ser la incontinencia de esfínteres.