Consejos para una buena alimentación en verano

Con la llegada del verano, que cada día está más cerca, hay que poner especial atención en la alimentación, y sobretodo en la de las personas mayores a nuestro cargo.

Algo que se repite todos los años es que el consumo de agua tiene que ser mayor que durante el invierno. Es muy importante beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día, porque cuando se es ya mayor, el propio cuerpo no nos pide beber agua hasta que ya ha entrado en la deshidratación, y ese paso hay que evitarlo. Hay que hacer que las personas mayores beban agua aunque no tengan sed. Tengamos en cuenta que en verano perdemos más líquidos porque se suda, y si no se repone el agua que el organismo necesita se empiezan a producir fallos; para evitar esto, lo que hay que hacer es beber mucha agua, aunque no se tenga sed.

No hace falta que sea agua, también se les pueden dar otros líquidos, todo menos bebidas con gas. Lo ideal sería que les dieramos de beber cada dos horas, aunque no nos lo pidan.

No podemos olvidarnos que algunas personas mayores, no pueden tragan bien sea por el problema que sea, y que las cosas sólidas les son más fáciles de tragar, por eso, en estos casos vamos a recurrir a la fruta, que en verano está en su punto álgido sabrosa, dulce, y perfecta para el consumo o también les podemos dar gelatina, que también refresca y para ellos es más fácil de tomar.

La fruta, como hemos comentado anteriormente, es uno de los alimentos más completos. Son refrescantes y se pueden tomar de dos formas, cortadas en piezas o en zumo. Y además como en verano es cuando más fruta hay, el precio es mucho más asequible. Su alto contenido en líquidos evita la temida deshidratación y no sólo eso, sino que son una gran fuente de vitaminas y carbohidratos, al igual que de fibra, que también evita los problemas gastrointestinales, tan frecuentes en verano.

Uno de los platos más utilizados en verano es la ensalada, y para las personas mayores también, porque las verduras y hortalizas, que son la base de una buena ensalda, tienen muchos nutrientes y agua (Cómo podéis observar la hidratación es la base para una comida rica en tiempo veraniego). Las ensaladas tienen una serie de características que las hace uno de los alimentos más completos. Algunas de sus características son: que hidratán y refrescan, dan vitalidad (Por que son muy ricas en vitaminas y aportan energía), depuran el organismo, regulan la función intestinal (Por su alto contenido en fibra), cuidan el corazón (Por su alto nivel de antioxidantes), mejoran la digestión (Los alimentos con un ligero amargor son muy buenos, porque ayudan al funcionamiento de la vesícula biliar y del hígado), previenen la anemia ( Las verduras de hoja verde son especialmente ricas en clorofila, folatos y hierro. Por lo que si la ensalada es para alguien que tienen anemia, no podemos olvidar meter algún alimento con hoja verde) y por último, y como ya hemos dicho, son sabrosas y nutritivas. Además las ensaldas nos permiten ponerlas todos los alimentos que queramos como pollo, queso,…

En la alimentación, y más en verano, guardar bien los alimentos es algo muy importante. Tenemos que guardar las cosas en sitios frescos, o directamente en la nevera, si es eso lo que debemos hacer. Sí vamos a consumir la fruta o la verdura sin pelarla, entonces tenemos que lavarla bien, incluso sería aconsejable lavarla son unas gotitas de lejía de uso alimentario, pero si no tenemos, con agua será suficiente. También es aconsejable tapar la comida cuando no se está comiendo para evitar que entre en contacto con insectos (Que en la época estival están por todos partes). Y por último, pero no por eso menos importante, tenemos que fijarnos muy bien en las fechas de caducidad, y pensar, a la hora de comprar, si nos dará tiempo de consumir el alimento, dentro del plazo del tiempo.

Para finalizar os dejamos 10 consejos para una buena alimentación:

1. Elegir cuidadosamente los alimentos en el mercado y guardarlos en un lugar adecuado en casa.
2. Consumir las calorías adecuadas para tener energía y encontrarnos bien.
3. Hacer 4 comidas al día. Si por el calor se perdiera apetito, lo correcto sería pasar a hacer 6 comidas al día menos copiosas.
4. Comer moderadamente y alimentos variados en cada comida.
5. Ingerir frutas y hortalizas todos los días.
6. Consumir lácteos descremados todos los días.
7. Comer carnes rojas y blancas (Antes de cocinarlas se recomienda retirar la grasa visible).
8. Evitar salteados y frituras y moderar el consumo de azúcar y sal.
9. Vigilar muy de cerca la ingesta de liquidos.
10. Cuidar la dentadura y la higiene bucal.

Sí seguimos estos consejos, nosotros y nuestros mayores, pasaremos un verano lleno de energía y buenos alimentos.