Cuidar del cuidador (Parte II)

Vamos con la segunda parte de “Cuidar del cuidador”, dónde os damos unos consejos fáciles de llevar a la práctica, para que hagaís vuestra función de cuidador mejor. Vamos con el tercer punto.

3.- Cambiar tus pensamientos

Siempre tienes que intentar juntar tus pensamientos e intentar encontrar la forma de reducir la frustración. La forma de pensar, siempre afecta a cómo nos sentimos. Como es normal los sentimientos de frustración surgen de situaciones difíciles. Lo que nos suele pasar es que si analizamos nuestra situación justo en el momento en el que sentimos frustración, lo normal es que al intentar solucionarla, la empereoremos, por eso, es muy importante que siempre que sientas frustración la analices desde un punto de vista objetivo y así lo más seguro es que encuentres la forma para solucionarla.

Ahora os presentamos 6 patrones de pensamiento que no ayudan en nada a los cuidadores. Seguir cada patrón de pensamiento negativo, nos llevará a sentir más frustración, pero os damos una respuesta adaptativa para cada patrón. Familiarizarte con los patrones de pensamiento y con las respuestas adaptativas puede ayudarte a controlar la frustración.

1. Generalización excesiva: Ocurre cuando coges una situación negativa o que ocurre normalmente y la multiplicas. Por ejemplo: estas preparado para llevar a la persona a tu cargo al médico, cuando te das cuenta de que la batería del coche está vacía. Entonces concluyes: “Esto siempre pasa; algo siempre va mal.”Respuesta adaptativa: “Esto no pasa todo el tiempo. Normalmente mi coche funciona bien. Algunas veces las cosas no ocurren como a mi me gustaría, pero a veces si.”
2. No contar la positivo: Esto ocurre cuando pasas por alto las cosas buenas y dejas que las circunstancias negativas se apoderen de ti. Por ejemplo: no te permites a ti mismo sentirte bien por cuidar a una persona pensando cosas como: “Podría hacer más” o “Cualquiera puede hacerlo”.Respuesta adaptativa: “Cuidar a alguien no es fácil. Hace falta tener valor, fortaleza y compasión para hacer lo que yo hago. No siempre soy perfecto, pero hago mucho e intento ser de ayuda”.
3. Llegar directamente a una conclusión: Llegas a una conclusión sin tener todos los hechos. Para evitar esto hay 2 formas:              – Leer la mente: Nosotros asumimos que los demás tienen pensamientos negativos sobre nosotros. Por ejemplo, un amigo no nos devuelve una llamada y enseguida asumimos que él o ella nos está ignorando o que no quiere hablar con nosotros.
   Respuesta adaptativa: “No se lo que está pensando mi amigo. Todo lo que sé, es que no me ha respondido. Igual está ocupado o se ha olvidado. Si quiero saber que está pensando, debería preguntarle”.
   – Ser adivino: Predices algo negativo en el futuro. Por ejemplo, no intentas ser cuidador porque asumes que a la persona a la que vas a cuidar no le vas a gustar. Piensas: “Nunca me aceptará, ni de broma.”
   Respuesta adaptativa: “No puedo predecir el futuro. No creo que le vaya a gustar, pero no lo sabré hasta que lo intente.”
4. Las frases “debería”: Intentas motivarte a ti mismo con frases como: “Tengo que llamar a mamá más amenudo” o “No debería ir al cine porque mamá podría necesitarme”. Lo que piensas que debería hacer está en conflicto con lo que quieres hacer. Acabarás sintiéndote culpable, deprimido o frustrado. Respuesta adaptativa: “Me gustaría ir al cine. Está bien que me tome un descanso de cuidar y disfrute yo. Pediré a un amigo o un vecino que compruebe como está mamá”.
5. Etiquetar: Identificas a alguien o a ti mismo por una característica o acción. Por ejemplo, pospones hacer la colada y piensas: “Soy perezoso.”                                                                                                                                                   Respuesta adaptativa: “No soy perezoso. Algunas veces no hago todo lo que podría pero eso no significa que sea perezoso. Normalmente trabajo duro y lo hago lo mejor que puedo. Incluso a veces necesito un descanso”.
6. Personalizar: Tú te haces responsable de las cosas negativas que pasan que están más allá de tu control. Por ejemplo, puede que te culpabilices cuando la persona que cuidas tenga que ser ingresada en el hospital o en un sitio preparado para sus necesidades. Respuesta adaptativa: “La condición de mamá ha llegado a un punto en el que no puedo ocuparme de ella. Es su condición y no mis defectos lo que ha requerido que sea hospitalizada”.
7. Usando la “Técnica de la triple columna”: Los patrones de pensamiento que no ayudan, normalmente arraigan en nosotros reacciones o hábitos. Para cambiar tus pensamientos negativos, tienen que aprender a identificarlos, saber porque no son verdad y deshacernos de ellos. Una forma sencilla de practicar utilizando un pensamiento más adaptativo es utilizar la “técnica de la triple columna”. Consiste en que dibujes dos líneas hacia abajo para dividir la página en 3 partes. Cuando te sientas frustrado, tomate un tiempo libre personal y escribe el pensamiento negativo en la primera columna. En la segunda, intenta identificar el patrón negativo que te ha llevado a ese pensamiento. Y en la tercera columna escribe el sentimiento negativo que tienes, pero de una forma positiva. Por ejemplo: