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Llegan las vacaciones ¿qué opciones tenemos?

Publicado por en 17 Jun, 2013 en Noticias | Comentarios desactivados en Llegan las vacaciones ¿qué opciones tenemos?

El verano está cada vez más cerca y todos estamos deseando que llegue para poder tomarnos las deseadas vacaciones, pero para la gente que sufre alzhéimer y sus cuidadores, parece que ese momento no llega nunca. Por eso os vamos a contar algunas alternativas que se pueden realizar para que os tomeis el descans que tanto necesitáis.

Vacaciones para todos en la playa

Hay algunas iniciativas que te permiten que el cuidador y el enfermo se vayan de vacaciones al mismo sitio, y con gente que está pasando por su misma situación. Consiste en que ambos se van a la playa juntos a un lugar donde hay personal especializado para cuidar del enfermo y otros cuidadores que están pasando por la misma situación, por lo que hay momentos en lo que se puede estar hablando con alguien que va a entender perfectamente lo que sientes y por lo que estás pasando.

Mucha gente no suele irse de vacaciones cuando tiene que cuidar de alguien porque se siente mal y no quiere abandonarlo, incluso se resiste a la idea de dejarlo en una residencia durante unos días, por eso esta solución es perfecta. Se van todos de vacaciones, pero como hay personal especializado para cuidar al enfermo durante las 24 horas del día, el cuidador puede distraerse un rato sabiendo que la otra persona está muy bien cuidada.

De momento esta iniciativa está teniendo lugar en Castilla la Mancha gracias a FEDECAM  (Federación de Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Castilla La Mancha). El tiempo que se puede pasar de vacaciones es 1 semana completa. Los cuidados que se da al enfermo son inmejorables, consisten en ayudarlos en las rutinas diarias como vestirse, asearse, etc, y talleres de terapia ocupacional.

Este programa nos permite estar con el enfermo siempre que querramos, podemos llevarlo a la playa a pasar el día y a hacer cualquier actividades que deseemos realizar, pero a la vez nos proporciona ese descanso deseado durante todo el año.

Foto de: Patricil Complex

Foto de: Patricil Complex

Ingresarlo en una residencia durante un tiempo determinado

Otra opción por la que mucha gente opta es ingresar al enfermo en una residencia durante un tiempo concreto. Esto se puede hacer siempre y cuando haya plaza en la residencia. Si optamos por esta opción tenemos que tener claro que estamos dejando a nuestro ser querido en un sitio lleno de especialistas y todos dedicados en cuerpo y alma a su cuidado, por lo que se asegura que va a estar en las mejores manos.

No nos tenemos que sentir culpables, ni pensar que los estamos abandonando para poder pasar nosotros unos días tranquilos, sino que tomarnos unos días de descanso van a hacer que a la vuelta nuestra dedicación y cuidado hacia ellos sea mejor; todos necesitamos recuperar nuestras fuerzas.

 

Irnos al lugar de vacaciones donde teníamos pensado ir

Otra opción es que a pesar de todo, decidamos irnos de vacaciones a donde teniamos pensado con el enfermo, si así lo hacemos tenemos que organizar todo bien.

Lo primero de todo es que a pesar de estar de vacaciones tenemos que tener una rutina bien preparada para el enfermo, con unos ejercicios diarios, un paseo obligatoriamente, alguna actividad que le guste al enfermo etc. Cuando salgamos de paseo intentemos hacerlo en sitios tranquilos, sin mucho ruido, para que el enfermo no se distraiga y acabe estresándose irremediablemente. Si al enfermo le gusta mucho bañarse en la piscina, no lo evitemos pero estemos con él en todo momento para evitar una desgracia, y dejemosle que chapotee en el agua como si fuera un niño.

Si sabemos tocar algún instrumento interpretemos alguna canción que al enfermo le guste, porque con la música podemos despertar recuerdos dormidos en ellos, y hacerles pasar un rato muy agradable. Así como recordar historias tranquilamente, cosa que el enfermo agradecerá porque, aunque a priori no recuerden nada, lo cierto es que conforme les vayas contando la historia de alguna forma les gustará y les hará entretenerse.

Si el cuidador tiene algún hobby no hay que tener miedo de involucrar al enfermo en esa misma actividad, siempre y cuando sea posible que la realice, por ejemplo, si nos gusta la jardinería podemos plantar algo todos juntos y cuidarlo a lo largo de las vacaciones.

Si optamos por esta opción tengamos clara una cosa: no van a ser vacaciones completas, en las que desconectar de la vida ordinaria, porque a pesar de estar de vacaciones tendremos que seguir cuidando a nuestro ser querido, pero cambiar de aires nos ayudará a revitalizarnos, y si encima hacemos cosas que nos gustan con la persona a la estamos cuidando, serán una vacaciones que habrán merecido la pena.

Consejos útiles para unas vacaciones con una persona con demencia

Para finalizar os damos unos consejitos, que siempre vienen bien, para intentar tener unas vacaciones tranquilas.

  1. Seamos muy conscientes de que las vacaciones van a ser distintas, por lo que lo mejor es elegir un sitio adecuado para todos.
  2. Intentar mantener las tradiciones familiares es importante, si siempre vamos a dar un paseo por la playa por la mañana, sigamos haciéndolo, e intentemos que le enfermo venga con nosotros.
  3. Si tenemos un gran evento familiar tal como una boda, bautizo, comunión a una comida familiar, tenemos que intentar encontrar un sitio tranquilo donde el enfermo pueda estar descansando, pero que a la vez le permita ir hablando con la familia pero de una persona en una, para que el enfermo no se asuste (A las personas enfermas de alzhéimer les encanta estar con niños pequeños por lo que no evitemos que los peques se acerquen a ellos para estar un rato juntos).
  4. Intente que familiares y amigos vayan a visitarlo, pero de una forma organizada, de uno en uno y si podemos tenemos que hacer que estas visitas sean en el momento del día en el que mejor está el paciente.
  5. Hay que evitar las multitudes o los cambios bruscos de rutina, para que el enfermo no sienta más confusión de la que ya tiene.
  6. Hay que intentar encontrar un hueco para hacer las cosas que nos gustan a nosotros, si no disfrutamos del tiempo libre o las vacaciones, mal vamos a volver a cargar las pilas para seguir con nuestra labor de cuidador.
  7. Pídale a un amigo o familiar que lo ayude a cuidar del enfermo mientras usted está fuera.

Todos necesitamos descansar y aquí os hemos ofrecido diferentes alternativas a tener en cuenta. Sobre todo tenemos que acallar a esa vocecita en nuestro interior que nos dice que hacemos mal marchándonos durante unos días a cuidar de nosotros mismo, y tenemos que ser conscientes de que hemos dejado a la persona enferma en el mejor lugar posible, y que si aprovechamos esos días y recargamos energía, nuestra labor como cuidador va a mejorar mucho.

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