Publicado por mirasol en 17 Dic, 2013 en Noticias | Comentarios desactivados en La incontinencia se puede mejorar
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que condiciona un problema higiénico, social y psicológico en la persona que la padece. No es considerada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como una enfermedad, sino como un síndrome que puede acompañar o ser el resultado de distintas patologías.
Es un problema que encontramos con mayor frecuencia en mujeres que en hombres y va aumentando con la edad.
Es evidente que la incontinencia urinaria tiene repercusiones en la vida de las personas que la padecen, influyendo tanto el tipo de incontinencia, como la frecuencia, la severidad y el malestar que causan los síntomas. Estamos ante un problema que encontramos con mayor frecuencia en mujeres que en hombres, y que va aumentando con la edad. Las personas mayores de 60 años que sufren incontinencia realizan menos actividades y el 48% de las personas percibe un empeoramiento de su estado de salud respecto a los últimos doce meses. Las personas con incontinencia urinaria tiene una percepción peor de su estado de salud, presenta mayores problemas de movilidad, tiene dificultades para realizar su cuidado personal, manifiesta más ansiedad y depresión en comparación con las personas sin pérdidas de orina.
Hay una serie de cosas que podemos hacer:
1. Aplicar medidas de prevención primaria, orientadas a promover la continencia entre nuestros mayores, enfocadas a trabajar el fortalecimiento de las estructuras musculares del suelo de la pelvis y evitando los factores de riesgo específicos para la incontinencia urinaria.
2. Emplear medidas de prevención secundaria, encaminadas a retrasar la aparición de problemas de tipo higiénico, social y psicológico, mejorando la calidad de vida de nuestros mayores. Partiendo de un correcto diagnóstico diferencial poder plantear un tratamiento individualizado del problema con un enfoque multidisciplinar donde se abarque el tratamiento fisioterápico, conductual, farmacológico y paliativo en función de las necesidades de cada persona.