¿Qué podemos hacer si empezamos a notar un comportamiento extraño en un familiar?

Hasta ahora hemos venido hablando de las cosas que podíamos hacer tanto para cuidar a una persona enferma, como al cuidador. Pero antes de que la persona enferme y necesite alguien que la cuide, tenemos que darnos cuenta de que existe un problema y que algo no va todo lo bien que debería.

Por eso hoy hemos decidido dedicar este post a esos momentos previos al diagnóstico de la enfermedad, y a dar una serie de pistas que nos tienen que poner en alerta de que algo está ocurriendo.

Hay una serie de indicadores a los que hay que estar alerta, y estos son:

• Cuando tiene problemas para recordar las cosas que se le acaban de decir.
• Siempre tiene una excusa para su falta de memoria.
• No comprende bien las cosas que se le dicen.
• Se vuelve más agresivo o irascible o cada vez intenta discutir más.
• Es imposible razonar con la persona.
• De repente cambia de hábitos o costumbres.
• Guarda las cosas y luego es incapaz de encontrarlas.
• Le cuesta mucho manejar el dinero.
• Siempre hace la misma comida.

Son hechos que a primera vista o las primera veces nos pueden parecer algo normal, o simplemente un despiste, pero llega un momento en el que tenemos que preguntarnos: ¿Realmente es sólo un despiste u ocurre algo más? No podemos esperar eternamente a ver si se le pasa, porque en las demencias, la detección precoz es muy importante. Si notamos que alguno de estos síntomas se repiten lo mejor es que llevemos a la persona al médico de cabecera para que le hagan pruebas y así poder saber a ciencia cierta que le está pasando.

Lo primero que hará el médico será hacerle unas pruebas para descartar otras enfermedades y derivarle a un especialista que la hará muchas más pruebas. Comprobar el estado y el tipo de demencia es el primer paso, porque dependiendo del estadio de la enfermedad se podrá hacer unos tratamientos u otros, además de que la detección precoz es muy importante; cuanto antes se diagnostique la enfermedad, más cosas podremos hacer. Es probable que dentro de las pruebas, los familiares del paciente sean una figura clave, porque a la hora de preguntar al enfermo, sus respuestas puede que no se adecuen a la realidad, por lo que los datos que los familiares puedan aportar son muy importantes para el diagnóstico médico.

El tratamiento que le pueden recomendar será, en la mayoría de los casos, una estimulación física y cognitiva en un centro especializado, en dónde hará fisioterapia, orientación a la realidad, terapia ocupacional de la vida diaria, logopedia, …, todas son actividades que van dirigidas a mejorar la vida del paciente, frenar la pérdida de capacidades como el habla, intentar que se sientan válidos como personas independientes,…

Una vez que tenemos el diagnóstico tenemos que saber, que en el caso de que sea alzhéimer hay 3 etapas diferentes:

1. Etapa 1 (Leve): Esta etapa se caracteriza por que el enfermo pierde la energía y la espontaneidad. Empieza a mostrar pérdida mínima de memoria y cambios de humor y les cuesta mucho aprender algo nuevo y reaccionar ante cualquier imprevisto. Empiezan a evitar los lugares dónde hay mucha gente y prefieren estar en familia en todo momento y en un entorno que reconozcan. Se pierden con mucha facilidad y empiezan a tener complicaciones para la organización y la planificación. Puede haber también dificultad para hacer tareas rutinarias diarias como cepillarse los dientes o lavarse la cara y puede empezar a tener problemas para comunicarse y leer. La progresiva pérdida de memoria puede afectar al trabajo y esto hacer que el enfermo se convierta en una persona frustrada y enfadada.
2. Etapa 2 (Moderada): En este momento los enfermos pueden realizar tareas simples pero requerirán de ayuda para hacer actividades más complejas. Empiezan a olvidar acontecimientos recientes de su vida y su historia personal, y cada vez están más desorientados y desconectados de la realidad. Pueden confundir cosas que han pasado en el pasado con el presentes y esto hace que para ellos cada vez sea más difícil saber en que fecha y hora están; el tiempo se les mezcla en la cabeza. En esta parte empiezan a no reconocer a los familiares  y los problemas de comunicación que comentabamos hace un momento se hacen más pronunciados, llegan incluso a inventarse palabras. En este punto ya no es seguro dejarles solos en casa, y pueden empezar a deambular. Ellos son conscientes de su pérdida de memoria y eso los puede convertir en personas depresivas, irritables, inquietas, apáticas y aisladas. Pueden empezar a tener dificultades para dormir, comer, vestirse o asearse.
3. Etapa 3 (Grave): Esta es la última etapa, y en la que pueden permanecer durante años. En este momento ya pierden totalmente la capacidad para alimentarse solos, hablar, reconocer personas y el control de las funciones corporales. La memoria se agrava y puede llegar a ser inexistente. La atención de un cuidador se hace imprescindible. Lo más seguro es que su estado físico se vaya debilitando con el tiempo y pueda llegar a desarrollar otras enfermedades, por lo que hay que tenerlos muy vigilados, porque en la etapa 3 ellos ya no pueden expresar bien lo que les pasa.

Foto de: Sonia

Esto son sólo pinceladas, pero que creemos que os pueden servir de ayuda, lo más importante es que estemos alerta y si notamos algo raro no lo dejemos pasar, sino que vayamos directamente al médico. También tenemos que recordar que tener una persona enferma de alzhéimer va a trastocar toda nuestra vida y que pedir ayuda de gente especialista nos puede ser muy útil.